Para
hacer ejercicio cualquier hora es buena, pero las mañanas tienen ventajas que
no debes pasar por alto.
Antes de ejercitarnos, hay que desayunar
Si
bien es cierto que el ejercicio en ayunas aumenta la oxidación de grasas
nuestro cuerpo funciona con glucosa. “Entrenar en ayunas favorece el
agotamiento de los depósitos de glucógeno corporal y eso provoca fatiga e,
incluso, riesgo de lesiones”, señalan Juana Mª González, Julia Farré y otras
tres expertas en nutrición que han escrito el libro La Dieta Inteligente para
Runners.
Hacer
ejercicio temprano por la mañana sin haber probado bocado “puede ocasionar una
sensación severa de hambre que lleva a comer en exceso después del
entrenamiento”, agregan.
Mejor calidad de aire y menos sol
Para
nadie es un secreto que a primera hora de la mañana, con menos vehículos y una
parte de la ciudad aún dormida, la calidad del aire es mejor. Además, si
vivimos en lugares cálidos, es altamente recomendable no entrenar bajo un sol despiadado.
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